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Quién te ha visto y quién te ve
Corrales del alma mía!!
ya no eres el que tenía …
aquello que se te fue.
Las estrechas camberucas,
panojales y naberas,
y ¿ donde están las que fueran
las Carminas y Maliucas?
Ni se oye ya en los bares
el canto alegre a capela,
donde la tonada vuela
con tradición de cantares
No se ven rastrillo y dalle,
ni colodra, ni pizarra,
ni el botijo con detalles
a la sombra de una parra.
Y ya ni se oye siquiera
palabras que se han perdido,
cual: jachu, jigu y jiguera...
lo antiguo pasa al olvido.
No hay moras, pues no hay bardales,
casi no se ven saúcos,
ni titos, ni mayuetales
ni ranas en los riucos
Ni las canicas, ni tabas,
ni la peonza, ni el marro,
ni la rueda que rodaba
bajo la lanza del carro.
Y por poner más ejemplos,
no hay pajares , ni desván;
menos creyentes al Templo
y casi no hay capellán.
Ya no hay calor de vecinos,
ni hay rondas de mocedades,
ni torreznos de tocino
y a veces…ni hasta bondades.
Ni borona, ni “pulientas”,
ni aquel barreño de zinc,
ya no hay molinos, ni ventas…
apagado está el candil.
Perdiste allá en la ermita
el lienzo de tu morena,
olvidaste a Santa Rita
en las noches cuando truena.
Ya no eres pueblo…Corrales
y tampoco eres ciudad.
Si me preguntan ¿Qué vales?...
la mitad de la mitad.
¡¡Quién te ha visto y quién te ve
Corrales del alma mía,!!
ya no eres el que tenía…
aquello que se te fue.
Tinuco