EL TARDÍO DEL OTOÑO |
Noviembre me vapulea
con la lluvia y con el viento.
Y hay veces que se recrea
tocándome el pensamiento.
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Las hojas amontonadas,
que caducas hacen lechos,
en el bosque están calladas
abrazando a los helechos. |
La colina está serena
y revueltos los regatos.
Y hasta parece que suena
un susurro entre los matos.
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Un lobo busca senderos
perdidos por lontananza,
donde hasta el mismo lucero
perdió brillo y esperanza.
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El ambiente ya proclama
noche gélida y de trueno,
donde del árbol las ramas
se retuercen en su seno.
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Una cabaña en la loma
da un claro de candileja
que a la ventana se asoma…
como que viene y se aleja. |
Huele a pan en la cocina,
huevos fríe la sartén,
que añadido a la cecina…
para la cena está bien. |
Otoño que languideces
no me vas a amedrantar,
tú serás lo que pareces…
yo, lo que voy a aparentar. |
Pues si Noviembre llegó,
el treinta ya se termina,
o quizá me pasé yo….
mientras el tiempo camina. |
Me voy hasta mi cuartuco
a la luz de una candela,
para escribir un ratuco…
que ahora la mente me vuela.
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1 comentario:
Como siempre maravilloso Tinuco, qué bien sabe plasmar en versos sus sentimientos de hormbre sensible y persona encantadora.
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