martes, 1 de diciembre de 2015

EL TARDÍO DEL OTOÑO

EL TARDÍO DEL OTOÑO 

Noviembre me vapulea

con la lluvia y con el viento.

Y hay veces que se recrea

tocándome el pensamiento.


Las hojas amontonadas,

que caducas hacen lechos,

en el bosque están calladas

abrazando a los helechos.

La colina está serena

y  revueltos los regatos.

Y hasta parece que suena

un susurro entre los matos.


Un lobo busca senderos

perdidos por lontananza,

donde hasta el mismo lucero

perdió brillo y esperanza.


El ambiente ya proclama

noche gélida y de trueno,

donde del árbol las ramas

se retuercen en su seno.


Una cabaña en la loma

da un claro de candileja

que a la ventana se asoma…

como que viene y se aleja.

Huele a pan en la cocina,

huevos fríe la sartén,

que añadido a la cecina…

para la cena está bien.

Otoño que languideces

no me vas a  amedrantar,

tú serás lo que pareces…

yo, lo que voy a aparentar.

Pues si Noviembre llegó,

el treinta ya se termina,

o quizá me pasé yo….

mientras el tiempo camina.

Me voy hasta mi cuartuco

a la luz de una candela,

para escribir un ratuco…

que ahora  la mente me vuela.

1 comentario:

Una Mujer sensible dijo...

Como siempre maravilloso Tinuco, qué bien sabe plasmar en versos sus sentimientos de hormbre sensible y persona encantadora.