por
culpa de cuatro gatos,
que
están pasando el rato
y lo
muestran con maullar.
Bailando
sobre las techas
en
una orgía gatuna,
los
acompaña la luna
y
febrero, que es la fecha.
muestran
con maullar.
Así que cojo un fanal
y me subo a la buhardilla,
cuando veo por la mirilla
a un macho muy caporal.
La escena es grandiosa
y todo es un revoltijo,
maúlla hasta el más canijo
y cada cual a su “cosa”.
Y pasa algo perfecto
que no sé cómo explicar,
de repente su dialecto
yo lo puedo descifrar.
Oigo a una parda “minina”,
que es hija de un gato pardo,
diciendo: “Que yo me largo
si no me dan una espina”.
No importa si es de jurel
o si es de bacalao,
quiero la espina o la piel,
sino el cuento se “acabao”.
Justo tras la chimenea
aparece un gato tuerto,
alegre el rabo menea…
dispuesto a llevarla al “huerto”.
Si tu quieres corazón,
(eso lo dijo miagando),
yo ya te estoy regalando
éste sabroso ratón.
Otro decía: dale, dale
y otro dijo: ¡atiza!
así hasta Carnavales
o Miércoles de Ceniza.
¡¡Qué crápulas, qué ladinos!!,
Y qué noche… ¡¡madre mía!!,
así son estos felinos
cuando están con sus orgías
Y que las cuatro les dieron,
cinco, seis de la mañana,
hasta que la aurora vieron…
y dejaron la jarana.
Hartos ya del bis a bis
se fueron a un vertedero,
a tomarse un piscolabis
y estar fuertes en febrero.
Como los gatos se han ido,
se acabó la “gatunada”,
yo me voy medio dormido
a maullar en mi almohada.
Tinuco
No hay comentarios:
Publicar un comentario