Voy a contar una historia
que José Luis me contó;
yo la guardo en la memoria,
no me cabe en un arcón.
Sabéis a quien me refiero
sin tener que dar más datos,
él es un mozo jabato
al que queréis y yo quiero.
Por la noche fue de juerga,
pero amaneciendo el día
con la caña que tenía
se fue a pescar al Pisuerga.
Lleva cucharilla y mosca
y en el ánimo afición,
en un bolsillo se embosca
un “bocata” de jamón”..
Los chopos le hacen saludos
y le aplauden las alisas,
y le dicen: ¡¡cojonudo!!
todas las piedras que pisa.
El río baja saltando
y sonriente está el día;
del sedal ya está “jalando”
una trucha que mordía.
Y allá va otra lanzada…
plasss…la mosca está en la corriente,
él ya nota la picada
y vibra porque la siente.
Más no la deja que insista,
la da un envite con tralla,
como hábil malabarista
clava el anzuelo en la agalla.
Así es José Luis pescando,
un As que se manifiesta…
ya tiene una en la cesta
que escamada está saltando.
Y como la trucha abunda,
pues él se empeña en sus “trece”
y así pesca la segunda
que es buena y no desmerece.
Se mete entre los bardales,
se mete por torrenteras,
y por donde ni Dios sale
y sale…por peteneras.
Ahora en una “pedreguera”
va pegando resbaladas,
y asusta a una lavandera…
la pobre no había hecho nada.
Dos horas han transcurrido
y sigue metido en esto…
seis bogas más en el cesto
y un barbo muy bien nutrido.
Y ahora poner atención
y creerlo o no creerlo,
él me dijo: pude hacerlo…
pues pesqué un gran salmón.
Y atención que hay propina,
me lo contó sin empacho,
que pescó cuatro Cabrachos,
dos “jargos” y una lubina.
Y así al turúnn tun tun,
pues siguió con ésa jerga,
añadiendo que el Pisuerga
tiene bonito y atún.
Poner la mano no pongo,
ni la puntita de un dedo,
pero su palabra es credo
aunque os suene a tongo.
Pues es pescador y bueno
y si dice lo que dice…
(que ya le manda narices,)
junto todo…yo lo ceno.
Tinuco
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