jueves, 1 de diciembre de 2011
HOGAR DULCE HOGAR
Vete prendiendo la lumbre,
que vaya ardiendo la leña,
y fuera las pesadumbres
que la mañana es risueña.
Porque aunque apunta la helada,
salió el sol con resalero,
y en tu caruca mi amada
veo yo lo que más quiero.
Ya está el café dando aromas
y la leche está templada,
la mantequilla y tostadas...
están diciendo: me comas.
Así que pon el mantel
y acerca aquí un par de sillas,
que la vida es maravilla,
si a lo poco le eres fiel.
Que si lo ves bien mirado,
tenemos la gran virtud
de disfrutar de salud
y vivir enamorados.
Esa es la mayor riqueza
para el hombre y la mujer,
pues los convierte en altezas
y les engrandece el ser.
Yo bajaré hasta la cuadra
a dar pienso a las vacucas,
y comida a la perruca...
pues escucha como ladra.
Luego iré a las cabañías
para atender las tudancas,
toma un beso niña mía
que otro habrá bajo las mantas.
Que con sólo de pensar
estoy por darme la vuelta,
déjate la falda suelta
que yo más la he de soltar.
Ella pone una sonrisa
en sus mofletes rosados,
su mirada es pura brisa
por lo que dice su amado.
Él marcha con su cantar,
subiendo por la cambera,
es feliz porque le espera
su mujer en el hogar.
Tinuco
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