Amores que van de paso,
lujos que no has de tener
o deseos que no alcanzas,
no rompan tus esperanzas,
ni los hagas mucho caso…
y deja el agua correr.
Y no intentes sujetar
y menos aún detener
los aires que mueve el viento
en las aspas del azar,
nunca bebas ese intento…
y deja el agua correr.
Que nunca tu mano intente
abrirse para coger
lo que es acaparar,
porque eso ya es un pecar
que te arrastra en la corriente…
del agua que ha de correr.
Hay que aceptar el destino
contra nuestro parecer,
aunque se nos muestre ingrato,
porque son del Cielo datos,
charcas en nuestro camino…
agua que dejar correr.
Los desplantes, sinsabores,
malestares del ayer,
o malos tragos del hoy,
no hagan mella en lo que soy,
perdonar a los deudores…
y deja el agua correr.
Busquemos cosas pequeñas,
para darlas o tener,
para en el alma guardarlas
y a cada rato admirarlas,
porque son las que te enseñan…
que es agua para beber.
Ama a hijos y nietos,
cual marido… a su mujer,
cual mujer… a su marido,
a los padres que has tenido,
a los hermanos y abuelos…
agua que sí has de beber.
Ama a la limpia amistad,
que es eterno amanecer
donde se doran los trigos
que han regado los amigos
con una lluvia de paz…
agua que sí has de beber.
Que es bueno vivir templado,
para poder entender,
que hasta una ofensa
puede ser ofrenda extensa,
donde nunca esté enturbiado
el agua que has de beber.
Tinuco
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