Lágrimas que os derramáis
gota a gota, sin rubor,
por la sima de las penas.
Al rostro lo decoráis
con la esencia del dolor,
poniendo al drama en escena.
Sois del alma su rocío,
sois candor y sois pureza
que cala hasta el sentimiento.
Sois lo mismo que un ¡Dios mío!,
un desgarro de entereza
y un completo advenimiento.
Sois perlas de la amargura
que rezumáis lo escondido
del atrio puro e interno,
Fluyendo sin angosturas
del manantial dormido,
plañidero de lo eterno.
Que espontáneas vais lavando
en silenciosos regueros
los poros de la agonía.
Y, con el llanto, aliviando
la tensión que en el calvero
de penurias se cernía.
Lágrimas que sois el lloro
del valle que es ésta vida,
brotar y hacerlo a raudales.
Pues sois agua bendecida
que al cantar con vuestro coro,
les dais paz a los mortales.
Tinuco
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