viernes, 11 de marzo de 2011

A D E L I N A

Es Mayo, Mayo florido,
exultante de esplendor,
donde todo es un clamor
de un letargo escondido.

La vida se muestra intensa,
empujando por crecer,
creando en su amanecer
el fruto de recompensa.

A la par de esta explosión
que muestra la Primavera,
una niña quinceañera
palpita en su sensación.

Siente en sus fibras vibrar
confusas revelaciones,
que la bordan ilusiones
que aún no puede descifrar.

Pero intuye un sentimiento
que fluye de su interior.
donde un pálpito de amor
la transporta hacia los vientos.

Vientos que traen inquietud
que alborozan los deseos,
que mecidos en meneos,
dan fulgor de juventud.

Y Adelina siente cosas…
que ya al sentir las disfruta.
Y corre tras ésa ruta
que se abre vertiginosa.

Un lógico recorrido
que la genética fragua.
Es el río de las aguas
que de la vida ha nacido.

Y allá va en esa corriente
con su inconsciente candor.
Navega como una flor
en su Mayo floreciente.

Adelina canta y danza,
hace suya la ocasión,
sus pétalos, suyos son
y en ellos va su esperanza.

Vive su momento tierno
y lo vive a su manera.
Sabe que hoy es Primavera,
mañana quizá sea Invierno.

Miradla cómo camina
por su vereda de luz.
Respetar su juventud…
porque solo es de Adelina.

Tinuco

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