Micaela y Fernandito
en el Facebook se vieron,
y allí mismo se dijeron
de todo lo más bonito.
Empezaron chateando
en alegre comenzar,
y a la vez iban trazando
todo un puro fantasear.
Dijeron de dónde eran,
cómo estaban y que hacían,
y también lo que querían…
si ocasiones se dieran.
Tal las cosas como van,
se animan con el cortejo,
y ahora quieren el espejo
que les muestra la web-cam.
Fernandito lisonjero
en arranque emocionado
la dice: Ven que te quiero…
tenerte cerca a mi lado.
Ella dice: ¿Qué me dices…
mira que esto es muy sagrado?
Fernandito enamorado
responde: Seamos felices.
Inquieta está Micaela,
esto le suena “fetén”,
y se imagina que es tren…
que ya entre las nubes vuela
Y cual joven decidida
se mete en el torbellino,
que la guía por el camino
donde empieza otra partida.
Y llega a una tierra extraña,
lejos de sus familiares,
el recuerdo la acompaña
y la anima en estos lares.
Viene con una maleta
cargada con ilusiones,
en la cabeza una meta
y en su corazón canciones.
Ahí está su caballero
que la ofrece un buen semblante
y un abrazo por delante
y el consabido “Te quiero”.
Ha pasado medio año
con sus noches y sus días,
treinta han sido de alegría,
el resto… todo un engaño.
Contenido queda el grito
cuando se apaga la vela,
triste se ve a Micaela
y aburrido a Fernadito.
¿Y ahora que voy hacer
con este enredo “malaje”?
sin marido, ni pasaje
y con ganas de volver…
…De volver a su terruño
con la ilusión ya perdida,
el corazón en un puño
y con el alma partida.
Allá va… no como vino,
porque marcha traicionada,
del amor no queda nada…
sólo el polvo del camino.
Tinuco
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