EL DORMIR

Una hora duerme el gallo

y dos duerme la gallina,

tres horas duerme el caballo,

cuatro el burro y la cochina.

Cinco el toro, cinco el buey,

sobre seis el estudiante,

siete el guardia de la Ley

y otras siete el caminante.

Ocho el obrero o currante,

nueve el cura o capellán,

diez el que estuvo de “cante”

hasta que las “tantas” dan.

Once…otro que ha trasnochado,

once el niño y el muchacho,

quien tiene sueño atrasado…

Y doce duerme el borracho.

Hay quien duerme en ancha cama,

otros en camas estrechas,

unos mirando a la izquierda

y otros a la derecha.

Hay quien duerme acompañado,

hay quien lo hace solito,

quien duerme bien agarrado…

quien duerme como un bendito.

Quien duerme muy tapadillo,

quien duerme sin cabecera

quien lo hace hecho ovillo

y quien con la ropa afuera.

Los hay que pegan ronquidos,

otros que están dando vueltas,

otros que hablan de dormidos

y hay quien duerme a pierna suelta.

Unos tienen pesadillas

y otros sueños placenteros,

quien encoge las rodillas

y quien destapa el “culero”.

Otros hay que “ventosean”,

los hay que tienen tembleques,

quien se mea sin ser “peque”

y quien soñando pasea.

Los que ocupan cama y media,

los que empujan con los codos,

los que llegan muy beodos

y te arman la comedia.

Unos duermen en “porretas”

y otros duermen con batín,

otros tienen tanta “jeta”…

que ni duermen… ni dejan dormir.

Tinuco