¡¡Cuantas veces cada día
de los que nos dan los años,
esperamos alegría…
pero recibimos daño!!.
O cuando nada esperamos
y de pronto bueno llega,
al recoger esa entrega…
pues mucho lo celebramos.
De la vida paradojas
o jugadas del destino.
Son bocados de milhojas
o cardos en el camino.
¿Cuántas veces has tenido
algún plan muy bien forjado
y dado por merecido…
pero un “zaaas” lo ha tachado?.
¿Cómo me pudo pasar?
¡Qué mala suerte la mía!
¡Qué desgracia! ¡Qué agonía!
Y te hace cabrear.
Por una vez que decido,
(que no es la primera vez)
blanca te queda la tez…
todo abajo se ha venido.
O por el contrario, digo,
oyes llamar a tu hogar,
y te encuentras a un amigo
pues que te viene alegrar.
(Aunque es mejor que lo diga)
si la llamada ha de ser,
pues que sea de una mujer…
que además de amiga… “liga”.
¡Ay qué cara se te pone!
El corazón da tembleques,
y el alma se repone…
pensando: puede que hoy peque.
Una tómbola es la vida,
donde todo es un azar,
y por eso hay que pensar…
que no es lo que tú pidas.
Mucho hay que es a favor
y en contra pues otro tanto,
en la salud, el dinero y el amor,
en la tristeza y el canto.
Es la viña del Señor
que ofrece espinos y flores,
donde crece lo mejor
y brotan los sinsabores.
Hay que estar equilibrado
de alma, mente y corazón,
lo malo y bueno , te es dado…
y ahí se acaba la razón.
Haz como con las lentejas
y no estrujes la sesera,
o las comes o las dejas…
porque nunca es lo es que esperas.
Tinuco
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