miércoles, 16 de octubre de 2013

LAS ZARZAS DEL AMOR









Con dientes como una loba
y más larga que una soga,
una zarza se enredó
entre mis propios enredos
y ahora soltarme no puedo…
porque ya no quiero yo.

Así son los atavismos
que me llevan al abismo
porque son afinidades,
que me dejan aferrado
e inquieto y enamorado
y lleno de novedades.

Por eso cuando esos dientes
a mí me muerden hirientes,
sereno yo aguanto el grito
y hasta pongo buen semblante
y me muestro buen amante
aunque me sienta contrito.

Me explicaré de otra forma
sin pasarme de la norma,
como hace un buen caballero
que quiere hablar de una dama,
no cuenta asuntos de cama…
sólo dice:¡¡Que la quiero!!

Y envuelto en tal sentimiento
se ve príncipe de cuento
aunque la zarza le enrede,
no puede cambiar la historia
porque en ella está su gloria
y ésta es la que puede…

Y te arrastra al desatino
y te lleva hacia un camino,
mezcla de gozo y dolor,
y aunque uno es consecuente
y nota el daño del diente…
te enzarzas en el AMOR.

Tinuco

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