Noche tranquila y serena
es buena para pensar,
cosas alegres y buenas…
que hagan penas olvidar.
Es de noche y son las tantas…
y no me quiero dormir,
que me apetece escribir
cosas que mi alma canta.
Entre estrechas celosías
veo luceros rutilantes,
que saltan con alegría,
dándole al orto desplantes.
Ellos me muestran el óleo
de la patena del Cielo,
y van descorriendo el velo
de un dictado que yo veo.
Las letras se muestran claras,
pues fluyen del interior,
y van mostrando su cara…
con transparencia de amor.
Una serena quietud
va invadiendo la conciencia,
para que acumule ciencia
y haga clara la virtud.
Me hace ver en la distancia
la pequeñez del planeta,
y me muestra con prestancia,
lo real de nuestra meta.
Y me veo tan pequeño,
pero a la vez tan seguro,
que se marchan los apuros
en las alas de los sueños.
Tinuco
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