sábado, 30 de enero de 2010

RAZONANDO CON RAZÓN

Tengo pelos en el alma
y en el corazón espinas,
ideas que pierden mi calma
y un cabreo que hasta alucina.

Diré el porque y enseguida
y lo que digo no es cuento;
son lecciones de la vida
y de un buen razonamiento.

Quien se levanta a las cinco,
cinco o seis de la mañana,
y trabaja con ahinco
en el mes cuatro semanas.

Y así las cuatro estaciones,
dentro de una refundición;
una de tus ilusiones,
llegar a la jubilación.

Pues pasando de sesenta,
de tu vida son tres cuartos,
de trabajar ya estás harto
y has pagado ya tu cuenta.

Te has redimido en tu cruz,
te mereces un descanso,
que sea el político ganso,
el vago y la juventud.

Los que sigan la labor
que tu dejaste pendiente,
y sea el sudor de su frente
el que haga a España mejor.

Y mientras los jubilados,
a recorrer los caminos,
sopa caliente y buen vino,
pues lo tenemos ganado.

Eso y echar dos "polvetes",
no de los que echa el Gobierno,
cuando dice en plan muy tierno:
Tira hasta los sesenta y siete.

Y en vez de llevar fiambrera,
lleva cachaba o bastón...
¡Ay Dios mío si pudiera!...
¿Como habrá tanto cabrón?.

La ¡"leche"!, ¡coño! ¡jolinas!,
ya estoy mucho más que harto
me sube la adrenalina
y estoy a punto de infarto.

Tinuco

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