Después de pasar San Juan
y aun no llegado San Roque...
En lo alto de unas peñas,
en una zona bonita,
que se llama la Garita,
juegan las brumas norteñas.
Con sus gotas de humedad,
besan a unos montañeros,
mujeres y hombres que quiero,
por su gran humanidad.
El momento era bonito,
todos parecían hermanos,
resaltaba el gran Quinito,
Victor Lejardi y Tezanos.
Pude ver también al vuelo,
y aun no llegado San Roque...
En lo alto de unas peñas,
en una zona bonita,
que se llama la Garita,
juegan las brumas norteñas.
Con sus gotas de humedad,
besan a unos montañeros,
mujeres y hombres que quiero,
por su gran humanidad.
El momento era bonito,
todos parecían hermanos,
resaltaba el gran Quinito,
Victor Lejardi y Tezanos.
Pude ver también al vuelo,
varios rostros diferentes;
Gabarry con su pañuelo,
a Llovio, Cossío y Fuentes.
Detras de un arroz paellero,
de vino,de pan y enredo,
vi a Emilio el cocinero
y a su ayudante Quevedo.
Y entre almas y entre caras,
también quiero recordar,
a San Juán y a Bustara,
Ángel, Pelayo y Piñar.
Como margaritas de verano,
como vírgenes montesinas,
Balbi y Loli Campuzano
Clara, Mimi y Rosina.
Más eran los que allí había,
todos de gran distinción;
ya los nombraré otro día,
pues siempre habrá una ocasión.
Tinuco
Gabarry con su pañuelo,
a Llovio, Cossío y Fuentes.
Detras de un arroz paellero,
de vino,de pan y enredo,
vi a Emilio el cocinero
y a su ayudante Quevedo.
Y entre almas y entre caras,
también quiero recordar,
a San Juán y a Bustara,
Ángel, Pelayo y Piñar.
Como margaritas de verano,
como vírgenes montesinas,
Balbi y Loli Campuzano
Clara, Mimi y Rosina.
Más eran los que allí había,
todos de gran distinción;
ya los nombraré otro día,
pues siempre habrá una ocasión.
Tinuco
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