¡QUE POCO DURA LA VIDA ETERNA ENTRE EL GOZO DE TUS PIERNAS!

Frase que dijo un amante
en una noche alocada.
En el campo y al rasante,
a su dulce y tierna amada.

Que yacía en lecho de flores,
con la Luna haciendo brillos.
entre perlas de sudores
y luciérnagas y grillos.

No hizo él mas comentario,
ni ella respuesta le dio.
Un viento rezó un rosario
y una estrella se apagó.

Y en una estanque cercano,
cantó con gracia una rana.
Era Agosto, era verano...
Y hay noches que son mañanas.

Siguiendo el impulso y racha,
se da una estampa divina.
La dama su cuerpo agacha
y el caballero se inclina.

Idilio de fantasías,
donde las almas se amalgan.
Donde la corta alegría
llena de deseos cabalga.

Donde lo bueno es tan bueno
que poco todo parece.
Canta el sol, sonríe el heno...
Es otro día que amanece.

Y entre el polen que se agita,
otra vez el hombre grita:
¡Que poco dura la vida eterna
entre el gozo de tus piernas!.

Tinuco