A la ventana asomado
estaba yo… por estar,
de pronto los vi pasar…
y me sentí emocionado.
Venían de la Peña el Moro,
un poquito acalorados,
como unos enamorados
que comparten su tesoro.
El tesoro del AMOR,
que se nota desde lejos,
cuando derrama reflejos
y huele a retama en flor.
Y si bello estaba el día,
la moza más bella estaba,
él con cara de alegría
muy risueño la miraba.
Venía pelando un paluco,
cortado en una escajera,
saludaron a Tinuco…
de paso y a la carrera.
No os diré quienes eran,
pero algo digo que vale:
ella es nacida en Herrera
y él es nacido en Corrales.
Y solo añado otro dato,
que ya la balanza inclina,
él es hombre y buen “jabato”,
ella mujer… y divina.
Me regalaron sonrisas
llenas de mimos y “mañas”,
llenándome de la brisa
que traían de la montaña.
Con el alma los besé…
dije adiós con el pañuelo,
se fueron y me quedé…
como el queda en el Cielo.
Tinuco
1 comentario:
Genial y tierno como siempre el genial Tinuco.
¿ Para cuando un reconocimiento general en el Valle de B uelna para tan notable poeta ?
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