miércoles, 28 de marzo de 2012

LA ESPALDA DE TOCINO

En la viga de un molino
había un ratón con un diente,
que miraba muy pendiente
a una espalda de tocino.
Y sin mover ni una oreja,
atento miraba un gato,
que ya llevaba buen rato
escondido entre unas tejas.
Cuando llegó Lobatón,
se fijó, pronto, en el trato
cuando le echó un ojo al gato
y el otro que fue al ratón.

Atento estaba el ratón,
atento estaba el minino,
colgado estaba el tocino
y tenso el buen Lobatón.
Cada uno en su porfía,
cada uno en su intención.
Sólo el molino molía…
ajeno a toda cuestión.
Pero ocurrió, de repente,
moviendo la faldriquera
llegaba la molinera
con dos vasos de aguardiente...
Dio una patada a la puerta
con remango y mucho brío,
encendiendo las alertas
de aquel discordante trío.
Tal vez fuera la harina
o quizá fuera el licor,
el caso es que Sabrina
quiso allí hacer el amor.
Lobatón, que no era obtuso,
dejo al gato y al ratón,
y la dijo: yo no rehúso
a pegarme un “revolcón” ...

... Y ..
El ratón comió tocino,
el gato comió ratón,
Sabrina comió “pepino”
y “castaña” Lobatón.

Tinuco, Marzo 2012

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