martes, 30 de octubre de 2012

JOLGORIO

La tarde está a “medios pelos”,
cuando a la mies me encamino…
y oigo el rebuznar en celo
de un ceniciento pollino.

Algo me dice que es macho,
pues la estampa lo evidencia,
¡ay que ver Jesús… que “cacho”!...
¡que “cacho” y que insistencia

A su lado una burruca
con orejas respingadas,
parece que se acurruca…
ésta termina preñada.

Sigo camino adelante,
me paro junto a una alisa,
veo un malvís y una “malvisa”…
y… ¡ válgame Dios que “cante”!.

Los dejo y sigo el sendero,
cuando veo a una gallina
que sale del gallinero…
con un buen gallo y encima.

Bajo un leño resecado,
pegados como dos lapas,
veo a un sapo y a una sapa,
bien felices y “ocupados”.

Cuando al pueblo voy llegando…
una perra perdiguera,
ladra, mientras va arrastrando
a un mastín por la trasera.

Junto a un vallado de estacas,
hay una oveja balando,
y hay un carnero que “ataca”…
porque ella se va dejando.

Y cuando abro el portón
del patio del caserío,
hallo a mi toro Nortón
con la tudanca en un “lío”.

Esto ya tanto me excita,
que voy directo a Fermina,
la pongo contra una esquina…
y la vida… resucita.

Y aunque esto no alimenta,
ni la sed tampoco apaga,
(que eso callado está dicho),
cierto es que no te hace llaga,
con lo cual te haces la cuenta
de que te das un capricho.

Tinuco

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