La mujer que sea la astilla
y el hombre sea el chisquero…
sobre garbanzo y costilla
para que cunda el puchero.
Decía mi tía la Paca:
Es bueno que en cada casa,
haya siempre un toma y daca,
para que arda bien la “brasa”.
Pues desde tiempos lejanos,
se sabe que de la panza,
acaba saliendo danza…
y al danzar nos “calentamos”.
Que el amor que canta y trina
es receta inmejorable,
pero se nos muestra estable
con un caldo de gallina.
Porque en casa con hambruna
se oxidan las sartenes,
y empiezan las malas zunas,
se acaban los parabienes.
Porque el cariño es bonito
y siempre muy bien venido,
pero no llena un cocido,
ni vale para un frito.
Imagínate un momento,
que te levantas con hambre,
que anoche cenaste… cuento
y en el almuerzo… calambres.
Las tripas dan en rutar,
porque se encuentran vacías,
y esto es un galimatías…
que se arregla con zampar.
Y lo mismo si hace frío,
que el frío da tiritonas,
para salir de este lío…
si no hay calor, no te entonas.
Con cuerpo desentonado
y hambre de una semana,
no hay “chocho” ilusionado,
ni “picha” alegre y ufana.
Y con este panorama,
pues se da la situación,
de que se calme el colchón
y la pasión en la cama.
Y la trifulca se siente…
se la nota dando vueltas,
porque no salen las cuentas
y todo son incidentes.
Quiero deciros hijucos
que con barriga vacía,
ni Petra, ni Zacarías…
tienen ganas de “juegucos”.
Que el amor, amados míos,
(son palabras de la Paca),
para que arda en su traca,
hay que untarlo con “cocíos”.
Siempre un pan bajo el sobaco,
leche, aceite y buenos quesos,
las chuletas… que son besos,
las patatas… arrumacos.
Y ya puestos a pedir,
pues jamón y longanizas…
y empezarás a sentir
que la boca se te riza.
Y este rizo de la boca,
va y se pasa a los riñones,
¿lo entendisteis bribones?...
pues ya sabéis lo que os toca.
Que tenéis que daros arte
para ganar un sustento,
el cuerpo estará contento…
lo mismo por ambas partes.
Con contarlo ya me animo
porque suena a cosa bella.
Voy a abrir una botella
y luego al amor me arrimo.
Tinuco
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