lunes, 8 de noviembre de 2010

CUANDO LA BRUMA ME ABRAZA

Yo intento apartar la bruma,
pero ella me deja trazos,
no logro que se consuma
y me rodea con sus brazos.

Con sus dulces humedades,
la piel me deja perlada,
mientras salta por breñales
con bríos de enamorada.

Lleva una loca carrera,
tras un destino perdido,
allá se va en su quimera,
después de dejarme ungido.

Con su finísimo velo,
donde la bruma se encierra,
no me deja ver el cielo,
ni tan siquiera la tierra.

Me he perdido en su neblina
y al llorar pues más me ciego,
pienso para mi... ¡es divina!
y aunque la quiero, reniego.

¡ Vete bruma de mi lado,
deja que vea el panorama !
y se va... pero ha dejado
las gotas que en mi derrama.

Tinuco

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