sábado, 22 de enero de 2011

TOÑÍN, TINUCO Y PEDRITO

El golfo de Carpentaria,
allá en el mar de Arafura,
testigo es de la aventura
de una gente extraordinaria.

Que son los que aquí yo cito,
para que quede en anales.
Los tres son hombres cabales,
Toñín, Tinuco y Pedrito.

Que procedentes de España,
en un barco muy velero,
llegaban, siendo pioneros
hasta aquella tierra extraña.

La nave había encallado
en aguas que eran someras,
por la culpa de un tornado
de intenciones traicioneras.

El frente era mar abierto,
por detrás, todo un rosario
de boj y espino estepario
y peligros encubiertos.

Con hambre de tres semanas,
por lo poco que han comido,
se encuentran muy desnutridos
y ya les afloran canas.

Mas con su viejo arcabuz,
dispara Toñín, seguro.
Y acierta a dar a un canguro,
justo en la misma testuz.

Tinuco fue y lo peló
y cortó con su cuchillo.
Y Pedrito se comió
la parte del solomillo.

Ya con la tripa repleta,
tomaron la decisión,
de seguir la dirección,
que llevaba a una meseta.

Y al traspasar aquel hito,
un zurriburri se oía.
Y es que entre los eucaliptos,
se celebraba una orgía.

Mas que orgía era aquelarre,
de aborígenes danzando.
No lo anduvimos pensando
y allá entramos… al agarre.

Y entre apriete y entre estruja,
de todo hubo bastante.
Frescas quedaron las brujas
y lacios los navegantes.

Después de aquella misión,
que acabó en un imposible,
seguimos camino libre,
por conquistar la región.

Íbamos tras un dorado,
que pudiera ser quimera.
Íbamos por la pradera
con el ánimo agotado.

El suelo era nuestra cama
y la manta, las estrellas,
pesadillas y querellas
es el sueño cuando llama.

Hay una verdad para la fe
y otra para la razón.
Pero el hambre y la sed,
convierten todo en borrón.

Y al paso que da el pesar,
avanzábamos cual cautivos,
con el único objetivo…
de, donde nos lleve el azar.

Pero el azar ya cansado,
ahora pone mal semblante,
Ni hacia atrás, ni adelante…
Llegan hombres muy armados.

No hay decisión a tomar,
sólo queda resistir,
lo más probable es morir
y en ese duelo… matar.

Que estos son los avatares
que forjan aventureros.
Que aún sin camino certero,
van en busca de un altar.

Pero hay veces que la suerte,
se muestra clara y divina.
Y en esta hora se inclina,
incluso la misma muerte.

Y la suerte ha sido dada
en esta hora concreta.
Porque solo es opereta,
de esta obra imaginada.

Ni hubo velero, ni viaje,
ni hubo brujas veleidosas.
Nunca existieron tal cosas,
solo se queda en mensaje.

Porque la gran aventura,
que uno pueda imaginar,
por ventura y por real,
para todo hombre sencillo,
está en encontrar el brillo
que se da en el ideal
de vivir sin angosturas,
con amor y con hogar.

Tinuco

1 comentario:

Paula Rodriguez Alonso. dijo...

tinucoo un gran hombre !! by : ana y paula !! ( las que saludan)