La mentira y la verdad,
que a escondidas o la vista,
son y han sido antagonistas,
haciendo su bien o mal.
La mentira es complaciente,
vana, grotesca y odiosa;
cuenta a su estilo las cosas,
que no es nunca lo que siente.
Bailarina y embustera,
cíngara de mil vestidos,
que lleva en ella imbuido
el solventar su quimera.
Siempre va tras lo que espera,
adula, se humilla y repta;
para conseguir su meta,
se enmascara a su manera.
No es reflexiva, ni cauta,
es necia y hasta ramera,
casquivana y zalamera
e hipócrita en sus pautas.
Siempre va a su cometido,
para lograr sus afanes;
con risas, con ademanes,
hace logro y conseguido.
Entre tanto la verdad,
busca tema y argumento,
con su tesón ciego y lento,
va en busca de la equidad.
A veces es despiadada,
es seca, es parca y fría,
sin remilgo y cortesía...
Es su verdad descarnada.
Carece de compasión
es sombra de destemplanza;
sólo es fiel a su balanza
y al peso de la razón.
Ni es buena, ni es mala,
va siempre de buena fe,
va siempre delante de...
nunca va detrás de nada.
Mentira y verdad, dos cosas
que están en distintos bandos;
depende de a quién y cuándo,
las vea feas o hermosas.
Tinuco
sábado, 12 de diciembre de 2009
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